viernes, 8 de enero de 2010

UNIDAD REGIONAL PARA VENCER AL IMPERIALISMO Y SUS LETALES CONSECUENCIAS por CESAR ACHING GUZMAN


Tomado de : colombia.indymedia.org
por CESAR ACHING GUZMAN


El punto de mira del imperialismo se centra ahora, en socavar el soporte de la integración latinoamericana concretada en el ALBA-TCP, ...


Ahora y siempre la unidad de América Latina, el Caribe y Centroamérica es la acción prioritaria de los pueblos. Única respuesta a la prepotencia imperialista de EE.UU. y a la arrogancia servil del subimperialismo británico. En esta gran cruzada se inscriben las revoluciones democráticas de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Nicaragua, bien acompañados por los dos colosos del sur: Argentina y Brasil. La presencia de Cuba en este escenario irradia ejemplo de perseverancia, dignidad, soberanía y libertad. Por definición, según el Diccionario de la Real Academia, unidad significa: “propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere”.


Esta propiedad es también aplicable a la sociedad; el capitalismo en su fase superior el imperialismo, con el fin de mantener su preeminencia y dominio sobre los pueblos, mantiene como objetivo principal de su política, el promover, y profundizar la división; enfrentándolos unos a otros, utilizando diversidad de instrumentos políticos, militares y fundamentalmente causando la corrupción en todos los niveles, bajo el criterio de que las personas sean naturales o jurídicas, son muy proclives a la descomposición: partidos de derecha, dirigentes políticos, frondosos aparatos judiciales vendibles al mejor postor, gobernantes indignos por decir lo menos, castas militares con vocación de carceleros (con honrosas excepciones), iglesias, jerarquías eclesiásticas, empresarios (burguesías nacionales), prensa mediática y parlamentarios, etc., etc. Solo así se explica, que la esencia misma de toda sociedad civilizada, como es el bien común, la justicia social, la equidad, no estén en la agenda de gobiernos “amigos” del imperialismo; así tenemos a Oscar Arias de Costa Rica, Uribe de Colombia, Micheletti de Honduras, Alan García de Perú, etc.



Sin embargo, los banqueros, las grandes corporaciones petroleras, las transnacionales de la industria automotriz, farmacéutica, bélica, etc. de origen sionista, anglosajón y estadounidense: aseguran su unidad a través de múltiples organismos como la OMC, el FMI, el BM, etc.; para lo cual operan con instrumentos de espionaje e injerencia en los asuntos internos de los países a través de la CIA, el MOSSAD, USAID, el IRI, el NDI; permanentemente recurren a la intimidación y agresión, valiéndose de la OTAN y sus bases militares, que en el caso de América Latina llegan a 19 emplazamientos, actualmente. Sobre este tema, alertamos a los pueblos, para que comprendan que el imperialismo norteamericano, utilizando las 7 bases miliares instaladas en Colombia, prepara una incursión militar en territorio venezolano, con el cuento de combatir el terrorismo y narcotráfico; flagelos en los cuales EEUU y Colombia son paradigmas. Lógicamente, la verdadera intención no está relacionada con el terrorismo o el narcotráfico, bajo ningún punto de vista; el verdadero objetivo de EEUU apunta a apoderarse de la Cuenca del Orinoco, que posee en América Latina, admirables yacimientos energéticos de gas, petróleo, oro, hierro y grandes reservas de agua dulce. Como contraste, las reservas petroleras propias de EEUU están en proceso de agotamiento y se calcula que durarán un promedio de solo diez años.

El imperialismo plantea la unidad o las asociaciones en función a sus intereses económicos y políticos; utiliza a la ONU y la OEA para imponerse como en Copenhague o legitimar el golpe de Estado en Honduras en contra de un Presidente elegido por el pueblo. En su accionar el imperialismo recurre a los métodos más repudiables, como los golpes de estado; el crimen, el ataque personal y descrédito de dirigentes incorruptibles; el objetivo actual del imperialismo es el Presidente Hugo Chávez de Venezuela, motor de la integración latinoamericana como el ALBA-TCP, Telesur, UNASUR; es justamente en contra del Presidente Chávez que el imperialismo y sus lacayos han centrado sus ataques, que van desde el agravio personal a las más inimaginables campañas de desgaste, al puro estilo goebbelsiano (miente, miente, miente que algo quedará, …); para lo cual dispone de una frondosa infraestructura mediática, denominada como “los grandes medios”, cuyos dueños han amasado fortunas esquilmando el erario nacional de sus países a través de campañas de chantaje, intimidación y crímenes.

Dicen en la prensa mediática y como caja de resonancia, en conversaciones de “políticos” y en corrillos, que Chávez quiere reemplazar a Fidel; ellos comentando agregan… “¡Oh que va, Fidel es diferente!”, “no le llega”; irónicamente, son los mismos que ayer vilipendiaron a Fidel, los mismos que lo atacaron con vileza, los mismos que denigraron y atacaron la Revolución Cubana; hoy, con tal de rebajar el liderazgo del presidente Chávez, aparecen como “admiradores” de Fidel. El vale todo, lo aplican plenamente; seguirán inventando calumnias tras calumnias; atacándolo buscan impedir la unidad de América Latina, sobre principios de solidaridad y complementariedad; atacándolo golpean al ALBA-TCP, a UNASUR y a Telesur; el imperialismo sabe que América Latina dividida le permitirá seguir usurpando los recursos energéticos, la biodiversidad y apoderarse de las cuencas hídricas de agua dulce, pues ellos ya dilapidaron sus propio recursos.

Por ejemplo: a Estado Unidos, apenas si le queda el 4% de sus bosques originales, más del 40% de sus ríos han dejado de ser potables, son menos del 5% de la población mundial pero consumen más del 30% de los recursos del planeta y producen más del 30% de los desechos tóxicos globales. Para mantener un consumo como el estadounidense (paradigma del capitalismo) se requerirían por lo menos 3 planetas tierra. Justamente, este consumismo ha colocado como cúspide de actividad económica a un sistema financiero usurario y parasitario que lleva implícito la acumulación desmedida de riquezas y consecuentemente, la quema acelerada de los recursos naturales. Aquí radican las casusas del actual calentamiento global o el aumento de la temperatura promedio de la tierra, por acción de la voluptuosidad de un sistema (el capitalismo) depredador y expoliador, que ha puesto a la especie humana al borde de su extinción.

El punto de mira del imperialismo se centra ahora, en socavar el soporte de la integración latinoamericana concretada en el ALBA-TCP, conformado por 9 países de la región: Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela; como resume la declaración del 17/10/2009 en Cochabamba, el ALBA-TCP es “… una Alianza política, económica y social en defensa de la soberanía, la autodeterminación, la identidad de los pueblos y como un referente de que ‘Un mundo mejor es posible’. Defiende los principios del Derecho Internacional, particularmente, el respeto a la soberanía, la autodeterminación de los pueblos, el derecho al desarrollo, la integridad territorial y la promoción de la justicia social y la paz internacional, así como el rechazo a la agresión, la amenaza y uso de la fuerza, la injerencia extranjera y las medidas de coerción unilateral contra los países en desarrollo”. Promueve los principios de solidaridad, cooperación, complementariedad, respeto mutuo a la soberanía de nuestros países, justicia, equidad, respeto a la diversidad cultural y armonía con la naturaleza; desempeña un papel fundamental para los procesos revolucionarios y progresistas a nivel mundial convirtiéndose en una alianza promotora de la solidaridad entre los países del Sur.” Es decir, el ALBA-TCP, es un instrumento de integración regional nacida en América Latina, promovida por latinoamericanos para los latinoamericanos. Sus principios fundamentales para relacionarse entre naciones son la solidaridad y la complementariedad, recusa la “competitividad” tan pregonada por el imperialismo en su expresión neoliberal”.

Ante esto, ningún revolucionario latinoamericano debe dudar en asumir firme posición en defensa de la unidad continental y en defensa de los líderes latinoamericanos que la encabezan como Fidel Castro, Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo morales, Daniel Ortega, Pepe Mujica, etc. El imperialismo ha centrado todas sus artillerías en contra de Hugo Chávez, valeroso Presidente antiimperialista, que según el Latinobarómetro 2009, el gobierno del Presidente Chávez goza del 85% de popularidad y Venezuela es el país más democrático de la región. Por eso, más importante es la opinión de los propios venezolanos y no el juicio interesado de los prontuariados de ese país que proceden en servil alianza con el imperialismo, al igual que la manada de políticos y prensa mediática. En Venezuela y Bolivia se está cambiando todo, se esta construyendo un modelo socialista llamado a sustituir al capitalismo; en este proceso no caben los estilistas o maquilladores del sistema, como decía Lenin: “El que no cambia todo no cambia nada”.

América Latina construye su unidad desde abajo, con la aprobación de los pueblos del continente. Carecen de todo valor las acciones, opiniones y sentencias de políticos y gobernantes venales; total sabemos cómo piensan y que intereses defienden; la unidad se construye desde abajo, así lo demuestran Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Cuba. Si los pueblos están de acuerdo, el resto viene solo; incluso, a estos procesos se irán sumando las capas medias, soporte masivo del poder dominante; lo fundamental es que el objetivo supremo de la unidad este consagrado al bienestar de todos los pueblos y no a satisfacer la codicia de una elite de acaudalados, responsables de la actual crisis económica y estructural del capitalismo y del calentamiento global.


FUENTE: http://colombia.indymedia.org/news/2009/12/110450.php